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viernes, 28 de mayo de 2010

Derrame en inglés, El arrepentido en portugués y Los Doce apóstoles en frances

Santiago,

Soy estudiante extranjero de maestría acá en Buenos Aires. Te quería comentar que admiro mucho tu escritura, tanto que traduje una de tus columnas al ingles y la posteé en mi blog, foreigntranquility.blogspot.com.foreigntranquility.blogspot.com. Es la que se llama "Derrame", pero yo le puse el nombre "Black Swan, Brown Pelicans" para el aniversario de un mes desde la explosión en el Golfo de México. Es una tragedia, realmente, y creo que lo que escribiste capta muy bien el sentimiento de desesperación que uno tiene acerca de acontecimientos así.

Ojala no haya ningún problema con postearlo así en mi blog para hacerle llegar a los pocos lectores que tengo (puse el link a Pagina 12 y al blog tuyo). Y espero que estes disfrutando el feriado.

Saludos,
Kyle



Para leer El arrepentido en portugués clik aqui

Para leer Los doce apóstoles en francés clik aqui
+/- Ver mas...





Che,
Muy buena nota, va, el chabón un hijo de puta, pero la nota tiene un donaire Arltino muy bueno. Me hace acordar a la nota del fusilamiento de Severino di Giovanni.

Bueno, saludos y felicitaciones.

--
Giménez Gerardo Daniel.

lunes, 24 de mayo de 2010

El arrepentido - Por Santiago O’Donnell


El arrepentido es alto, grandote y viste bien: traje azul, camisa blanca, zapatos recién lustrados. Pelo negro, tupido y corto pero no rapado, con jopo canchero y raya al costado, onda Jaime Bayly. Sentado a la mesa con un grupo de respetados hombres de leyes que viene a escuchar su confesión en una oficina de San Telmo, él parece un abogado más. Se lo ve cómodo y distendido pero sin salirse de la formalidad, sonríe y gesticula con las manos, visiblemente contento con la atención dispensada. Sin embargo, hay un detalle que lo hace distinto a los demás presentes. Su mirada es huidiza y libinidosa, como la de un conductor televisivo de programa de chimentos.+/- Ver mas...

Pero lo que vino a contar no es trivial. El arrepentido es un ex mayor de la policía colombiana que actualmente vive en Venezuela como huésped de la Acnur, la agencia de refugiados de Naciones Unidas. Dice que se escapó de Colombia porque empezó a recibir amenazas de muerte por su conocimiento directo de la formación de un grupo paramilitar organizado por Santiago Uribe Vélez, hermano del presidente colombiano Alvaro Uribe Vélez. Dice que el grupo se llamó los Doce Apóstoles y aporta detalles de cinco matanzas llevadas adelante por ese escuadrón.

El testimonio fue grabado en presencia de un grupo de juristas y activistas por los derechos humanos, quienes hicieron algunas preguntas cuando el arrepentido terminó su presentación. La idea es usar el testimonio para abrir una causa en Colombia y al mismo tiempo difundir el caso en el exterior, para que organismos internacionales monitoreen su curso y en caso de que no prospere en la Justicia local, lo lleven a la Corte de Costa Rica.

“Esto sirve para denunciar la complicidad del presidente Uribe y su hermano con las matanzas, los desplazamientos de los pobladores”, dijo Pérez Esquivel. “Esto se hace con la complicidad de las empresas, no se hace porque sí, es para sacarles las tierras a los campesinos. Nos importa mucho la seguridad de la gente que denuncia violaciones de derechos humanos en Colombia, como el padre Javier Giraldo.”

Fue Giraldo, junto al abogado Daniel Prado, quien acercó al arrepentido al Serpaj. Hoy Giraldo está condenado a muerte por “cura marxista” en pintadas que empezaron a aparecer por todo Medellín.

Cuando el arrepentido termina de grabar su testimonio se sienta a hablar con Página/12. De entrada se presenta como si fuera un prisionero de guerra: Juan Carlos Meneses Quintero, 42 años, cédula de identidad 91.256.381. Ingresó a la Policía Nacional en 1987 y fue pasado a retiro con el grado de mayor en el 2002.

Después confiesa otra vez que fue testigo y partícipe del accionar del escuadrón paramilitar de los Doce Apóstoles. “El jefe era Santiago Uribe Vélez”, acusa.

Las vejaciones de los Doce Apóstoles son conocidas en Colombia, y hay causas abiertas por muchos de los crímenes que cometieron. Pero hasta ahora ningún miembro o ex miembro del aparato represivo había acusado de conducirlo al mismísimo hermano del presidente, y encima con el conocimiento del mandatario.

El arrepentido toma envión y dice que tuvo cinco o seis reuniones con Santiago Uribe para coordinar las tareas represivas de los Doce Apóstoles. Asegura que Santiago Uribe le dijo que el hoy presidente estaba al tanto de todo.

Después empieza a hablar de casos puntuales. No le gusta decir “matar” o “asesinar”. Prefiere eufemismos como “dar de baja” o “hacer lo pertinente”. Cuenta que una vez encontraron las vainas servidas de su rifle en la escena de un asesinato. Asegura que no estuvo allí, que un policía suyo tomó prestado el fusil sin avisarle, pero eso es difícil de creer. Vamos. Ningún cuatro de copas usa el rifle de su jefe en un fusilamiento clandestino.

Seguimos de largo porque a esta altura poco importa si el arrepentido jaló el gatillo. El mismo reconoce que dio la orden. Dice que le dijo “haga lo pertinente” al policía que supuestamente usó su fusil. Esa orden lo convierte en asesino.

El arrepentido no lo ve tan así. Dice que la causa judicial está politizada, que fue armada para llegar a Santiago Uribe, y que ahora él está dispuesto a contar lo que sabe porque la causa está archivada y ya no le interesa proteger a la familia presidencial.

Según el arrepentido, la decisión de cambiar de bando llegó de manera casi natural como consecuencia de un análisis militar de sus chances de supervivencia. Veía que los Doce Apóstoles iban cayendo uno a uno, en asesinatos que nunca se esclarecían. Lo estaban amenazando y no quería ser el próximo de la lista. Entonces se tomó el raje a Venezuela en unas falsas vacaciones con su mujer y sus cuatro hijos, de 20, 17, 15 y 6 años de edad.

Antes de borrarse el arrepentido habría tomado algunas precauciones. Dice que llamó a su mentor, el coronel Benavídez, y lo grabó en secreto mientras éste, sin saberlo, corroboraba sus denuncias sobre Santiago y Alvaro Uribe. Con cinismo sigue llamando “mi coronel” al jefe que traicionó.

“Lo que yo quiero es estar seguro”, se justifica. “Tengo dos caminos: denunciar lo que viví o esperar a que me asesinen. Por encima de todo están mis hijos y tengo que pensar en ellos.”

Se le pregunta si sus hijos tienen idea de que él al menos mandó a matar gente, liberó zonas para facilitar asesinatos y protegió o encubrió a un grupo de asesinos. “Ellos no lo saben. Pero saben el calvario que he vivido durante todos estos años”, dice con tono dolido.

Pobre arrepentido. Dice que lo que más lo apena es que ya no puede juntarse con sus camaradas del Club Militar para llenarse la panza con historias de guerra. Toda una vida combatiendo a los zurdos y ahora su suerte depende de ellos. Encima lo tratan bien.

“¿Qué voy a hacer? No puedo buscar un abogado amigo de Uribe. No voy a buscar un abogado de derecha. Si quiero sobrevivir tengo que pensar primero yo, segundo yo, tercero yo”, dispara.

A esta altura queda muy claro que el arrepentido no se arrepiente de mucho. Su único remordimiento parece ser el haber confiado en los Uribe. Asesino seguro, arrepentido más o menos. “Tengo que seguir huyendo toda mi vida, no me voy a dejar asesinar por ellos”, dice buscando simpatía.

Entonces se le pregunta sin mucho tacto si no le preocupa pasar a la historia como un vil traidor que sólo buscó salvar su pellejo. No acusa recibo.

“Lo que no quiero es pasar a la historia como el testigo que tenía las pruebas, pero que nunca vieron la luz porque fue asesinado”, contesta.

La cosa no daba para más. Mejor dicho, daba para que el arrepentido siga dando cátedra de asesinato con su irritante desparpajo, como si fuera el héroe involuntario de un película de superacción, un Pepe Sánchez perdido en la selva colombiana, rodeado de malandras y guerrilleros rudos y malos.

Y daba para que el arrepentido siga mirando con esos ojos lascivos al acecho de cualquier gesto de complicidad, por mínimo que sea, que humanice su existencia.

Pero para aguantar eso hay que tener estómago. Uno prefiere cerrar la libretita y sentir su mano fría y resbaladiza a modo de rápida despedida. Ya está, que la denuncia siga su curso por los canales correspondientes.

Chau, arrepentido, gracias por compartir tus historias. Quedate tranquilo que tus hijos no se van a enterar.

Publicado en Página/12 el 23 de mayo de 2010

miércoles, 19 de mayo de 2010

Hermoso

Soy Viviana García de City Bell. Acabo de leer tu nota y me pareció un fantástico relato de una pesadilla que no es tal, porque ha sucedido algo terrorífico en el planeta. Excelente la idea de relatarlo en segunda persona.

Viviana García

P.D.: y pensar que algunos creyeron que Obama era mejor que Bush.... El Imperio manda, lamentablemente.+/- Ver mas...


RTA:hola viviana mil gracias me alegro que haya salido bien. saludos s.





santiago, escribiste un texto hermoso... muy hermoso, gracias,

adriana sarramea






Hola Santiago, muy bueno su artículo titulado "Derrame" en el Página12 de hoy.
Quería comentarle sobre un sitio web que tiene información relacionada con el inevitable final de la era del petróleo y la transición que debe encarar la humanidad, temas que vienen cobrando cada vez mayor dimensión y ningún medio masivo está abordando:
http://sites.google.com/site/sinpetroleo
Si usted tiene interés en abordar periodísticamente esta problemática, me pongo con mucho gusto a su disposición para colaborar.
Cordiales saludos desde la Patagonia,
Horacio Drago
El Hoyo / Chubut

RTA:hola y muchas gracias me voy a meter, estamos en contacto. saludos s






Muy buena nota, gracias.
La pregunta sigue en pie: ¿qué queremos?

José

RTA:buena pregunta y gracias por escribir. saludos s






Excelente nota... clara y esclarecedora para los que no conocemos bien
el tema. Cristina


RTA:muchas gracias!

lunes, 17 de mayo de 2010

Derrame - Por Santiago O’Donnell


Sos uno de los 126 operarios que trabajan en la plataforma petrolera Deepwater Horizon del yacimiento Macondo en el Golfo de México, a 66 kilómetros de la costa de Luisiana. Hace unos días tu empresa Transocean LTd. terminó de perforar un pozo de petróleo de cinco mil metros en el fondo del mar, que está a mil quinientos metros. Instalaste un dispositivo de seguridad llamado BOP para sellar el pozo en caso de incendio. Ahora estás con tareas de mantenimiento, mientras la gente de Halliburton se encarga de cubrir el ducto con una capa de cemento, a la espera de que la British Petroleum, la empresa dueña del campo petrolero, empiece la extracción.+/- Ver mas...

Estás ahí en el medio del mar en una plataforma que mide 121 por 78 metros sentado sobre un oleoducto de 1500 metros que se entierra en el fondo del mar y de repente una burbuja de gas metano se cuela en el caño y produce una explosión al llegar a la superficie y se prende fuego toda la plataforma. La explosión mata a doce operarios, pero sos uno de los sobrevivientes. Pasás cinco horas en un bote salvavidas soportando una temperatura tan alta que se derrite la pintura de la embarcación. Después llegás a la orilla pero no te espera tu familia, sino un grupo de ejecutivos y abogados de la empresa, que te sube a un micro y te lleva a un hotel, pasás las próximas seis horas ahí, mientras te toman declaración y te hacen firmar documentos. Después te vas a tu casa creyendo que lo peor ya pasó.

Pensás que, bueno, que ya habrán llegado los famosos “fire rangers”, esos intrépidos personajes de película que recorren el mundo apagando incendios en pozos petroleros. Sabés que en los últimos diez años hubo más de una docena de incendios en plataformas del Golfo de México, sin que el asunto pasara a mayores. Sólo hace falta que alguien accione el BOP para cerrar la boca del pozo y limpiar lo que ya se derramó. Pero esta vez la válvula no funciona. Entonces preguntás por la otra válvula, la automática, la que se activa por indicadores sensoriales. Pero no, no tienen esa válvula, obligatoria en los pozos brasileños y noruegos, porque en Estados Unidos no la exige y las empresas argumentan que es demasiado cara. Prendés la tele. La plataforma arde durante más de un día hasta derrumbarse y hundirse en el mar. Entonces te das cuenta de que ni los robots enviados al siniestro pueden tapar el agujero, y que ese agujero despide entre uno y cuatro millones de litros de petróleo por día. Ahí tomás la verdadera dimensión del problema: se trata del peor derrame de la historia, salvo la vez que los muchachos de Saddam Hussein prendieron fuego a los pozos de Kuwait durante la primera Guerra del Golfo.

Esta vez no podés echarle la culpa a un dictador, ni tampoco a un capitán borracho como el que provocó el derrame del Exxon Valdes en Alaska en 1989, cuyo daño ecológico aún se sigue estudiando.

Ahora no tenés villanos de carne y hueso, sino una empresa que mandó a hacer un pozo, British Petroleum, tu empresa que hizo el pozo, Transocean, y otra que lo selló, Halliburton. Wall Street las castiga sin piedad y el Capitolio demanda el desfile de sus principales ejecutivos por distintos comités para que aparezcan sus caras en la tele y los diarios y la gente tenga con quién descargarse.

Porque también tenés al Estado, que no exigió la válvula sensorial y que eximió a la petrolera de un examen minucioso de impacto ambiental, como marca la ley, porque el informe preliminar decía que el riesgo de que un derrame en el campo Macondo llegue a la costa era mínimo. Y tenés a un presidente que acaba de levantar una moratoria de treinta años en nuevas perforaciones costeras. La moratoria se había impuesto precisamente para evitar derrames como el que acaba de ocurrir. Pero parte del Golfo de México quedó afuera de la moratoria porque ya se venía perforando en esa costa desde hace ochenta años. Hace un par de meses Obama había levantado la moratoria y habilitado perforaciones en Alaska y en Florida. Alaska ya había sufrido al Exxon Valdez y Florida nunca había permitido perforaciones costeras. ¿Y ahora qué va a decir Obama? Cambiás de canal justo para verlo recular. Con tono solemne, el presi está anunciando una nueva moratoria hasta que se verifique la seguridad de todas las operaciones de extracción costera. Pero ya es tarde: una gran mancha negra de casi 10.000 kilómetros cuadrados avanza contra el delta del Mississippi.

Mientras tanto te enterás de que quieren tapar el pozo con una gran campana conectada por un tubo a un buque cisterna. La idea es drenar el pozo a través del tubo conectado a la campana. Ya se hizo un par de veces, pero nunca en aguas tan profundas. Esta vez no funciona. Partículas de gas se cristalizan en la cúpula de la campana y tapan el tubo de drenaje. Entonces van por el plan B, que consiste en perforar otro pozo al lado del derrame para aliviar el reservorio. Eso va a llevar 40 días. Y el petróleo sigue saliendo. Obama y BP tiran toda la carne al asador: cinco mil barcos, cincuenta aviones, diez mil voluntarios, toneladas de disolventes, kilómetros de vallas y esponjas.

Y vos estás en tu casa en la costa, muy cerca del derrame, mientras meteorólogos y oceanógrafos intentan descifrar hacia dónde se dirige la mancha. ¿Va para México porque cambió el viento? ¿Da la vuelta a Florida arrastrada por la corriente del Niño? Lo único seguro es que la gran mancha negra ya llegó al delta del Missisippi, y vos sos uno de los 200.000 habitantes de la ciudad de Nueva Orleáns. Cuando llegaste hace diez años, Nueva Orleáns era la capital del jazz, del carnaval y de la joda y tenía el doble de habitantes. Cuna de Louis Armstrong, Tennessee Williams y los hermanos Marsalis, la ciudad tenía un trago marca registrada, el “Huracán”: sombrilla, alcohol, ponche hawaiano. Como un Manhattan pero mucho más divertido. Como bailar zydeco borracho en medio de Bourbon Street. Una fiesta. Hasta que un día Katrina convirtió a Nueva Orleáns en Chernobyl. Ahora avanza una gran mancha negra, como si fuera la segunda plaga de un castigo bíblico.

Pero vos sabés que no hay nada sobrenatural en esta desgracia. Y sabés que lo saben las empresas y las aseguradoras y los reguladores y los congresistas y los lobbistas y los ecologistas. Porque la destrucción del planeta es fácil de explicar. No hace falta trabajar en Transocean para saber que es muy arriesgado sacar petróleo en la costa. Se sabe desde los tiempos de las cavernas: si jugás con fuego, te podés quemar.

Publicado en Página/12 el 16 de mayo de 2010
Imagen: EFE

miércoles, 12 de mayo de 2010

Desde San Martín de los Andes

Estimado Santiago O'donnell:

hace un tiempo que queria escribirte, para comentarte que tus articulos de los domingos es lo primero que leo del diario Pagina 12. La calidad de la informacion es brillante, ojala tuvieramos en la Argentina algun periodista que escribiera nuestra realidad de la misma manera que contas la del resto del mundo. en otras epocas Pagina se destacaba con periodistas que lo hacian en lo nacinal, pero los tiempos historicos cambiaron los personajes y las noticias tambien.+/- Ver mas...

bueno, el hecho es que lei tu articulo anterior sobre Giraldo, el cual imprimi y pase a los compañeros, y ahora me decido a enviarte este. Tube oportunidad el año pasado de conocer en Cuba una militante de los Derechos de los desplazados quien me conto su historia de persecuciones y aberraciones para con su familia, y la verdadera historia de Colombia, por lo que se que lo que cuenta Giraldo es totalmente cierto mas cuantas cosas que no podemos ni siquiera imaginar. Yo me habia ofrecido con aquella compañera en difundir aquel espanto,. Y ahora viene este militante humano Giraldo y digo bueno, que podemos hacer entre todos, lo que vos estas haciendo es grandioso, pero habria que hacer cadenas mundiales, prosesiones mundiales, desnudarnos frente a la embajada todos los argentinos, no se, no hay modo de permitir un solo atropello mas en el pais hermano de Colombia, no debemos permitir este estado de impunidad tan grave comparado solo con Irak, igual o peor. Nada, darle de mi parte un enorme abrazo, agradecerle por lo que hace con la humanidad toda. E invitarlo eventualmente si quiere venir a conferenciar y ademas conocer San Martin de los Andes, que estoy a su disposicion y con gusto lo recibiriamos. Te doy mis datos:

Ana Ambrogi, secretaria adjunta CTA Regional Sur Neuquen, Concejal de Partido UNE.





NO AL ASESINATO DEL PADRE GIRALDO EN COLOMBIA.

Que en nuestro país. reclamemos el debido accionar de las instituciones y funcionarios, es porque tal como el Padre Giraldo, consideramos que las instituciones y funcionarios, deben investir de legitimidad, la de la obediencia a los propósitos, por los que la ciudadania los eligió, como sus representantes. También lo reclamamos por la tarea que el Padre Giraldo, cumplió y cumple, seguridad para él, juicio y castigo, acorde al delito cometido, de tal atrocidad como el del martirizado Padre Tiberio Fernádez del Valle de Cauca, y el abogado Eduardo Umaña Mendoza, y todos los asesinados cuyas masacres, denuncia este hombre de Cristo. Argentina, Bolivia, Colombia, Chile y El Salvador, recibieron la sangre de estos hombres que adjunto en breve e incompleta reseña, por el único motivo de anunciar y ejercer la construcción de la Paz y el Bien en nuestro continente. NO AL DERRAMIENTO DE LA SANGRE DEL PADRE GIRALDO DE COLOMBIA. Basta de martirios, que el anuncio de este, sea frustrado por el accionar efectivo de un continente que los repudia en sacerdotes, campesinos, indígenas, hombres mujeres y niños, de toda profesión, religión, elección sexual, condición social y pertenencia o no a cualquier pueblo, partido político, filiación sindical, o a cualquier organización legítima y lícita. Comprometámos a difundir, elevar reclamos y demandar garantías, para Giraldo y todos los colombianos. Es justo, es necesario.

Delia Hermosí, sudamericana ciudadana argentina L.C. 4.246.907

lunes, 10 de mayo de 2010

Pintadas - Por Santiago O’Donnell


Tomamos café hace un par de semanas con el cura jesuita Javier Giraldo en una tarde gris de Buenos Aires. Contamos que el padre es el principal denunciante de los abusos cometidos por militares, hacendados, narcos y paramilitares en contra de indígenas y campesinos en Colombia. También contamos que en pocos días el padre podría ir a la cárcel por negarse a declarar en un juicio por calumnias e injurias que le había iniciado un ex coronel, a quien Giraldo había acusado de torturador. Dijimos que en respuesta a la acusación del ex coronel, Giraldo había presentado un escrito en el que se declaraba objetor de conciencia y anunciaba que ya no colaboraría más con la Justicia colombiana.+/- Ver mas...

Lo que no sabíamos entonces era que esta semana aparecieron pintadas en diversas partes de Bogotá con amenazas de muerte en contra de Giraldo. Tampoco conocíamos los documentos que reveló el lunes pasado la revista Semana, que demuestran que la policía secreta colombiana, el DAS, venía siguiendo los pasos del padre desde hace varios años.

Fiel a sus convicciones, Giraldo se negó a denunciar las amenazas y el espionaje. Simplemente, no colabora más con la Justicia colombiana. Ante la inquietud de algunos periodistas, el vicepresidente Francisco Santos, de gira por China, salió por televisión a garantizar la vida del sacerdote, repudiar las escuchas y las pintadas y anunciar que el gobierno le había pedido a la fiscalía general que abriera una investigación.

“Con el padre Javier Giraldo mantenemos diferencias pero estamos comprometidos en garantizar el ejercicio de sus derechos y libertades, como con todas las personas que están en nuestro territorio. Diferimos en su falta de cooperación con la Justicia a pesar de los evidentes esfuerzos y resultados, como lo demuestra el juicio a los culpables de la masacre del 21 de febrero del 2005 y en su apreciación de que en Colombia nada ha cambiado a pesar de que todos los jefes paramilitares están en la cárcel y este grupo, desmovilizado”, dijo Santos.

La notoriedad que ha adquirido Giraldo en estos días hace dudar al fiscal, que por ahora no se decide entre encarcelar o sobreseer al sacerdote jesuita. “La situación sigue sin resolverse. El fiscal ha vuelto de vacaciones, pero por ahora no toma ninguna decisión. Es que han venido muchos periodistas a hacerme entrevistas, quizá piense que no es el momento”, cuenta Giraldo, al teléfono desde el colegio jesuita bogotano donde vive.

No hay miedo ni abatimiento en su voz. Habrá perdido la esperanza, pero no las ganas de luchar. Las caras de los campesinos que le piden ayuda lo empujan a seguir adelante, aun a falta de fe en los resultados. Dice que esta semana se presentará ante una audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para aportar evidencias en el caso de la llamada masacre de San José de Apartado. Dice que sigue mandando a la fiscalía del Tribunal Penal Internacional de La Haya las pruebas que acumula y sistematiza de presuntas violaciones al Estatuto de Roma. En su visita a Buenos Aires días atrás, Giraldo trajo el testimonio de un ex oficial de la policía colombiana involucrado en masacres paramilitares bajo las órdenes de un personaje muy cercano al presidente colombiano, Alvaro Uribe. El testigo grabó su confesión en una oficina de San Telmo ante una comisión de juristas notables encabezada por el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.

Cuando Giraldo habla de la Justicia colombiana, lo hace con conocimiento de causa. Semana resumió de esta manera la carrera judicial del cura: “Giraldo se ha dedicado por más de 30 años a documentar y denunciar atrocidades sufridas por distintas comunidades remotas del país. Su labor ha sido riesgosa y solitaria. Ese compromiso lo ha puesto como un testigo de excepción en varios de los episodios más luctuosos del país.

“A finales de los ’80, Giraldo intentó, con el abogado Eduardo Umaña Mendoza, que fuera esclarecido el caso de los desaparecidos del Palacio de Justicia, asaltado a sangre y fuego por el M19, y luego retomado a la fuerza por el Ejército. Umaña fue asesinado y valiosas pruebas que ambos aportaron al proceso durmieron el sueño de los justos hasta hace un par de años, cuando la Fiscalía reactivó el proceso. Varios militares de alto rango están siendo juzgados por este caso y está a punto de producirse la primera sentencia, 25 años después.

“Algo similar ocurrió con la masacre de Trujillo, en Valle del Cauca. Giraldo, junto con el párroco de la comunidad, Tiberio Fernández, recopiló amplia información sobre los crímenes que sufrieron los habitantes de este municipio entre 1988 y 1994, que dejaron más de 300 víctimas. En medio de esta labor, el padre Tiberio fue descuartizado y lanzado al río Cauca. La impunidad reinó por años, hasta que en 2008 el Grupo de Memoria Histórica publicó un detallado informe que rememora lo denunciado por Giraldo en su momento, lo que le dio un nuevo impulso a este proceso en la Justicia.

“También ha documentado centenares de crímenes en zonas como El Carmen del Chucurí, Santander; Magdalena Medio, Chocó y Meta. Su labor con la Comunidad de Paz de San José de Apartado, en el Urabá antioqueño, ha sido más que minuciosa: Giraldo ha activado todo tipo de recursos legales, dentro y fuera del país, para que la Justicia esclarezca 201 homicidios perpetrados entre 1996 y 2009. Y en especial la masacre ocurrida en 2005, por la que hay en la cárcel más de 20 militares.

“El jesuita trabaja con el Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), donde sistematiza la información y semestralmente la publica bajo el título ‘Informe Noche y Niebla’, un documento que paradójicamente está siendo usado por los fiscales de Justicia y Paz para esclarecer los crímenes de los paramilitares.”

Giraldo, 66, cuenta que lo llamaron un ministro, un jefe policial y un comandante militar para ofrecerle custodia, pero él se ha negado. Dice que no quiere que nadie lastime a otra persona para defender su vida. Además, dice, los autores de las amenazas ya estarían identificados. “No creo que las amenazas estén relacionadas con lo que fui a hacer en Buenos Aires ni con los casos que menciona Semana, que son casos viejos. Tengo entendido que las amenazas provienen de un grupo de empresarios productores del aceite de palma, que buscan desplazar a las comunidades afrodescendientes del Chocó para hacerse de sus tierras. Estos grupos están muy cerca del gobierno y de las fuerzas armadas.”

Acorralado entre el acoso judicial, el espionaje, las amenazas de muerte y su falta de fe en las instituciones, Giraldo no se permite vacilar. “No es la primera vez que me hacen pintadas”, dice con voz clara. “No te preocupes, por ahora estoy bien.”

Pero es difícil no preocuparse. Por Colombia y por él.

Publicado en Página/12 el 9 de mayo de 2010

miércoles, 5 de mayo de 2010

There is no Arizona

Canción: There is no Arizona

Esta es la letra: http://www.azlyrics.com/lyrics/jamieoneal/thereisnoarizona.html


Estela Dominguez+/- Ver mas...




RTA:muy bueno! MUCHAS GRACIAS! s.


RTA:My pleasure! Te recomiendo este enlace en You Tube con la canción favorita para mí donde menciona a Arizona y de: The Eagles (Take it Easy... donde habla de Winston, Arizona, en la Route 66).
http://www.youtube.com/watch?v=L9lMadRHf-A&feature=related


Y como suele ocurrir en estos casos alguien alguna vez en Internet trató de obtener el dato de canciones sobre Arizona y le dieron esta respuesta:
Song) (Band or Singer)
By the time I get to Phoenix: Glen Campbell
Take It Easy: The Eagles
Yuma Arizona: Damien Jurado
By The Time I get to Arizona: Public Enemy
Hotel Arizona: Wilco
Arizona: Mark Lindsay
Arizona: Kings of Leon
Big Iron: Marty Robbins
Ride Cowboy Ride: Marty Robbins
There is no Arizona: Jamie O' neal
Cordiales saludos


RTA:ahi tenés_ las de glen campbell y la de eagles son de viaje y los otros son
unos ignotos! SALUDOS;


RTA:Es que me parece que es mejor estar de paso por Arizona,,,,,





"una ley antiinmigrante que parece escrita para la Alemania nazi o la Sudáfrica del apartheid."

Faltó poner " el Israel del apartheid". Todas ramas del mismo árbol.

Marisol Sanz





Estoy seguro q la federal detiene primero al 'bola' antes q al blanquito para interrogarlo en la investigacion de un crimen... La asociacion entre 'ilegal' y 'criminal' es universal creo. Siendo 'indocumentado' me sentiria mas vulnerable en la Buenos Aires de Macri q en Arizona.
Roberto Richards





Estimado Sr O’Donell,

Usted empieza su primer párrafo con dos errores bastante graves. La población de Phoenix no es de 5,5 millones (esa es la población total del estado) y Tucson no es la capital de Arizona. Tampoco existe ningún diario influyente liberal llamado Phoenix Sun. Estos errores dan la impresión que no investigó bien sus datos e inmediatamente entra en duda su profesionalismo. Le pido perdón Sr. O’Donell, pero desde su primer párrafo me perdió. No lo seguí leyendo.

Un abrazo,

Steve

Phoenix, Arizona


RTA:estimado steve, acepto la critica puse un par de datos de memoria que debi chequear y lo de la poblacion lo saque de wikipedia: tenes razon me traiciono el exceso de confinza en un tema que conozco bien por haber vvido mucho tiempo en estados unidos: gracias por escribir y tambien por no insultar; como suelen hacer algunos lectores cuando descubren un error

saludos s;





Arizona no tiene canciòn afortunadamente,
el desierto no resistirìa nada màs àrido
que sus propias palabras
una buena nota....
Cordialmente,
Rolando Gabrielli

martes, 4 de mayo de 2010

Arizona - Por Santiago O’Donnell


Arizona, lo dice su nombre, es una zona. Zona árida, pero zona al fin. No llega a ser un lugar. A mitad de camino entre Texas y California, parte hippie, parte cowboy. Tiene una megalópolis como Phoneix (5,5 millones de habitantes) que es un monumento al modernismo, y una capital como Tucson (un millón) que es un ícono del Far West. Arizona es grande como la Patagonia, pero el noventa por ciento de su población se concentra en sus dos grandes ciudades. Ahí se ubican dos universidades estatales de buen nivel y legendarios logros deportivos como los “Gatos Salvajes” de Arizona y los “Demonios del Sol” de Arizona State. También un diario “liberal” de lo más respetados e influyentes del oeste norteamericano como el Phoenix Sun. No hay mucho más. Aquí y allá una población de 280 mil indígenas, casi todos muy pobres. Al oeste una perla de pueblos, ciudades y emprendimientos agrícolas sobre la cuenca del río Colorado. Al este y al norte minas de cobre y el Gran Cañón. Al sur, el desierto de Sonora y más de mil kilómetros de frontera seca con México. Aquí y allá 280 mil aborígenes nativos, casi todos pobres y marginados. Todo eso en medio de grandes extensiones de planicies polvorientas y deshabitadas.+/- Ver mas...

Arizona no es ni grande ni chica ni importante ni marginal. Arizona no tiene canción. Es una gran autopista, un gran laboratorio. Zona árida como dice su nombre, de tierra mezquina y tránsito fatigoso.

Los políticos de Arizona son tan híbridos como el distrito que representan. Demócratas conservadores como Janet Napolitano o republicanos liberales como John McCain, políticos que reflejan la ambivalencia de sus votantes. Arizona es, junto a Ohio y Florida, uno de los llamados “swing states”, los que suelen decidir las presidenciales porque su voto oscila entre demócrata y republicano. Arizona es un buen lugar para medir el humor social de Estados Unidos.

Bueno, esta semana el termómetro se rompió. Estalló en pedazos cuando el Congreso de este estado insulso aprobó una ley antiinmigrante que parece escrita para la Alemania nazi o la Sudáfrica del apartheid.

La ley permite que cualquier persona pueda ser revisada si un policía sospecha que se trata de un inmigrante ilegal, y convierte en crimen la no portación de documentos de identidad. Como en Arizona casi todos los inmigrantes ilegales son morochos y vienen de México, la ley prácticamente le ordena a la policía detener gente por portación de cara. O por “respirar siendo de ascendencia mexicana”, como describió un político local.

La ley desató un escándalo nacional e internacional. Juristas respetados denunciaron su manifiesta inconstitucionalidad en los diarios más importantes del mundo. Tras recibir quejas de las cancillerías de México y de los países de Centroamérica, Obama salió a decir que la ley le parecía un error. “Una persona puede ser estadounidense de tercera generación y no poder salir de su casa tranquila porque podría ser detenida por tener rasgos latinos. No me parece bien”, declaró. Napolitano, secretaria de Seguridad del gobierno, dijo que la ley promovía la inseguridad. “Nos obliga a las agencias federales a procesar a los detenidos por la ley estatal, y eso nos quita recursos para perseguir a los inmigrantes peligrosos”, argumentó.

La extrema derecha con Sarah Palin a la cabeza no dejó pasar la oportunidad. Además de defender la ley racista con giros patrioteros, la ex gobernadora de Alaska acusó a los grandes medios (“the lamestream media”) de descalificar la iniciativa no por inconstitucional sino por ideología.

Subidos a la ola de publicidad, media docena de legisladores ultraconservadores propusieron leyes similares en sus respectivos estados, aun sabiendo que no tienen chance. En cambio, los líderes del Partido Republicano eludieron el tema, conscientes de que su base política está a favor, pero también que los hispanos representan el sector de mayor crecimiento demográfico en el país.

La reacción del sector progre del Partido Demócrata no se hizo esperar. Un legislador nacional hispano por Arizona llamó a un boicot de convenciones en ese estado, cuya industria turística ya venía golpeada por la recesión. La ciudad de San Francisco adhirió rápidamente a la propuesta y una sociedad de abogados hispanos anunció que cancelaba su reunión anual en Tucson. Ayer hubo grandes manifestaciones de repudio a la ley en todo Estados Unidos (foto) y algunas pequeñas contramanifestaciones en el sur de apoyo a la ley y a la decisión de la gobernadora de no vetarla.

La ley aún no ha sido implementada y está por verse si supera el control constitucional de la Corte Suprema ante un desafío legal del gobierno federal como el que prometió el fiscal general Eric Holder. Tampoco está claro el criterio que seguirá la policía en caso de implementarse, ya que en Arizona uno de cada tres de sus habitantes tiene ascendencia hispana.

Pero el pasaje de semejante ley en un estado como es Arizona no deja de ser una señal. ¿Cómo puede ser que los representantes de un estado tan moderado hayan votado una ley tan picante en contra de los inmigrantes?

Como suele suceder en estos casos de patente intolerancia, el detonante fue un caso policial. El brutal asesinato de un granjero y la huida de los asesinos a través de la frontera. Al mejor estilo Blumberg, la ola de indignación empujó el pasaje de la ley de mano dura. Detrás había un coctel nefasto de recesión, inseguridad, racismo y política. A la crisis económica con desocupación record que no termina de resolverse hay que sumarle la ola de violencia desatada por los narcos en México, que empieza a cruzar la frontera. A lo que hay que agregarle la discriminación histórica que sufren los latinos en Estados Unidos, exacerbada por la presencia de un negro en la Casa Blanca. Todo eso al calor de una campaña electoral. Resulta que tanto la gobernadora Jan Bewer como el senador McCain enfrentan rivales de extrema derecha en la primaria republicana. Esos rivales que no tendrían chances en la general por su prédica extremista, pero juntan apoyo entre los republicanos como para correr por derecha a las principales figuras del partido. Por eso, para no mostrarse como blandos en un tramo decisivo de la campaña, Brewer firmó la ley después de mucho dudar, y McCain le dio un tibio apoyo, pero apoyo al fin.

¿Cómo sigue esto? Imposible saberlo, pero es probable que la decisión de Arizona acelere el proyecto de ley de reforma migratoria que impulsa Obama, hasta ahora sin mucho apuro. La idea es legalizar a los doce millones de inmigrantes indocumentados que actualmente viven en Estados Unidos, a cambio de más recursos y penas más duras para vigilar la frontera y castigar a patrones que contraten a indocumentados. Esa es la misma fórmula que se viene repitiendo desde hace un siglo. La última reforma exitosa fue la de Reagan en 1986 y Bush hijo fracasó hace dos años con un proyecto consensuado con Ted Kennedy. Si se aprueba, la nueva ley será fruto de un consenso tan amplio y trabajoso que Arizona no tendrá otro remedio que adaptarse.

El problema pasa por otro lado. Estados Unidos adoptó hace dos meses la decisión estratégica de tratar a los cárteles de droga mexicanos como organizaciones no ya criminales sino directamente terroristas. Esa decisión se tradujo en el envío a México de expertos estadounidenses en contrainsurgencia para entrenar a las fuerzas de seguridad locales. Nadie puede negar que los narcos mexicanos han cometido crímenes atroces contra civiles que bien pueden catalogarse de terrorismo. Ni que el gobierno mexicano fracasó en la guerra antidrogas ni que ese fracaso representa la amenaza para la seguridad fronteriza de Estados Unidos. Pero al mezclarse con el tema migratorio, el enfoque antiterrorista de la Casa Blanca coloca a toda la población latina en estado de sospecha. Ya le pasó a la comunidad islámica después del 911, con las razzias ordenadas por el gobierno de Bush. Ya les pasó a los estadounidenses descendientes de japoneses que fueron internados en campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora, al menos en una zona de Estados Unidos, hasta que no se demuestre lo contrario, el terrorista sos vos.

Publicado en Página/12 el 2 de mayo de 2010